viernes, 23 de enero de 2015
Guerreros Maya
Guerreros Maya
Ellos eran El Guerrero Águila y El Guerrero Jaguar....
Desde niños los Guerreros eran preparados, formaban ya una casta distinta, privilegiada.
Sus enseñanzas iban dirigidas a que descubrieran su propio poder, a no tenerle miedo a lo que de cualquier manera no podían evitar, a estar solo, a separar su cuerpo etérico de su cuerpo físico, a ver lo invisible, y alcanzar la muerte convencido de que era un esfuerzo para el bien de su comunidad y del planeta.
El Tonalpowalli, el calendario sagrado, ritual, adivinatorio y astrológico de 260 días, que es el tiempo de gestación en el vientre de la madre al dar una nueva vida, servía para que los padres entendieran, a través de los sacerdotes, el destino de sus hijos, su caminar por la tierra.
Por ello se conocía quienes estaban destinados para ser Guerreros, y su voz era ley. Para los mayas, este calendario sagrado, Tzolkin, los 260 días, según estudios actuales y adecuados a nuestro calendario gregoriano, representaba un fractal del lapso que demora un rayo de luz en viajar desde el centro de la galaxia hasta el sol.
El calendario sagrado surge de multiplicar 20 días, relacionado con los 10 dedos de la mano, contacto divino y, 10 dedos de los pies, contacto con la madre tierra, multiplicado por las 13 lunas, o meses, que a su vez se relaciona con las trece articulaciones o coyunturas principales del cuerpo.
A través del tiempo Los Guerreros se fortalecen y hoy día mucha de la literatura se refiere a ellos como seres especiales y, aún más, nos invitan a los humanos, mujeres y hombres, no sólo a equilibrarnos como una clase de Guerreros, sino a saber vivir como ellos lo hacían en el pasado.
Algunas mujeres y hombres aceptan el reto, aunque sin la certidumbre del calendario sacerdotal, sin los conjuntos trecenales (trece meses), con los vigesimales (20 días por mes), que revelan el provenir de cada habitante de la tierra. Para ellos, el tiempo es siempre cíclico
Los Guerreros, ya Águila o Jaguar iban revelando un mundo al cuál sólo ellos, en lo individual primero y, para servicio de la colectividad después, tenían acceso.
En su instrucción, que duraba toda la vida, un Guerrero aprendía a ver la luz de los muertos, a identificarlos y del como obtener de esos seres el conocimiento, pues aún desencarnados, se aproximan a los Guerreros para que sus experiencias le sirvan a ellos en la tierra y sean depositarios de los secretos y los tesoros del pasado; en la comprensión del otro lado de la realidad, y para su actuar en el uso de sus cinco sentidos.
El Guerrero, Águila o Jaguar, sabe oler, escuchar, palpar, ver y degustar lo que la madre tierra ofrece a sus hijos, a los habitantes del planeta....
Un verdadero Guerrero, por otra parte, sabe que es un trasmisor a la vez de los conocimientos adquiridos, porque de no hacerlo, de archivarse esa sabiduría para si mismo, llega el momento en que esa sapiencia se le pudre por adentro.
Éstá claro que no enseñará a quien no este instruido. El maestro, se dice, aparece, hasta que el alumno esta listo...
La casta de los Guerreros, ya Águila o Jaguar, era importante, tanto para la clase religiosa como para los gobernantes.
Se dice, por ejemplo, que el caudal de Moctezuma, luego de que lo quiso entregar a Hernán Cortés, preocupando porque era la reencarnación de Quetzalcoatl, el famoso tesoro fue enviado al sur por el señor Cuitláhuac, muy probablemente a lo que hoy conocemos como Honduras, custodiado Guerreros Águila y Jaguar.
Por supuesto que en el período de los sacrificios, hubo Guerreros que amando a la vida, a sus dioses y a su gente, se entregaba a la muerte mientras que su cuerpo era obsequiado por los oficiantes a las mas grandes deidades.
Pero, un Guerrero, a diferencia de otros que eran inmolados, su corazón latía animoso, con tanta fuerza que en ocasiones saltaba de las manos del oficiante.
El corazón de otros mártires, como los que perdían en el juego de pelota, tras ser prisioneros de guerra, y que por lo tanto, no amaban a sus dioses como lo concebía un auténtico Guerrero, su corazón estaba muerto del miedo desde antes de extraerlo de su pecho. Roto, y lo que se ofrecía en esos ritos, era sólo un pedazo de carne y sangre.
El corazón de los auténticos Guerreros que ofrendaban su vida, estaba vivo, palpitante, gustoso por el destino...
Su espíritu y su sangre sería depositado en el mensajero de los dioses, el Chacmol, de origen Tolteca, quien como un ser celestial, subiría a hasta el treceavo cielo. el lugar de los altísimos para entregar el corazón y la sangre de un verdadero Guerrero y, por lo que se esperaba que ellos, los dioses, multiplicarían la vida, en alimentos, en agua, en la energía del sol y la fertilidad y hospitalidad de la madre tierra, dispuesta a concebir una existencia nueva, el verdadero poder de dar vida y conservar la memoria...
La sangre guarda la exhalación divina con que se creo el universo hace mas de 14 mil millones de años.
En la sangre llevamos registro de ese instante en que se crea la materia de lo inmaterial, es la exploración etérica. Sin embargo la sangre conserva el sufrimiento y toda la violencia al momento en que se derrama.
Cuando un Guerrero, por su voluntad, por su inquebrantable fe de y para sus creadores era ofrecida, esa sangre convidada ritualmente por el sacerdote, era la oportunidad de pedirle a las deidades un bien colectivo.
La sangre de un Guerrero se convertía en un poder, era un acto de alquimia entre el mundo material y el de los dioses.
Cuando el corazón, como un simple trozo de carne, y la sangre de un hombre común era ofrecida debido a su condición de prisionero de Guerra, el ritual en muchos de los casos iría con los señores del inframundo, pero nunca, hasta el noveno nivel, que es el sitio reservado para la muerte y sus ángeles. Para las eternidades del Mictlán.
La llegada de los españoles pervirtió esos rituales, esa forma de prometerse a sus dioses convencidos de las bondades que ello traería a su pueblo.
Hoy todavía hay quienes persisten en la barbaridad de esos actos y encontramos lamentablemente documentos, comentarios, libros y hasta películas como la de Mel Gibson, donde se destaca a un pueblo salvaje y sin sentimientos, cuando los Mayas era astrónomos, matemáticas, y estaban e invitaban a ello, en armonía con la naturaleza.
Ritos y calendario maya
Imaginemos por un momento la trascendencia de esos ritos. Desde niños, luego de que los oficiantes.
Interpretando el oráculo o calendario de los 260 días, le explicaban a sus padres que su hijo estaba destinado para ser un mediador entre los hombres y los dioses, el niño o la niña crecían entendidos de su importante destino y, por consiguiente, el pueblo les daba un trato distinto a los demás niños.
Cuando llegaba el momento del sacrificio, el Guerrero o La Princesa inmolados sabían que en ese acto lo que estaban dejando, lo que se separaba era su viejo YO a través del proceso de transmutación y por su ofrecimiento a la deidad, al padre Sol, por ejemplo, lo malo se convertía en bueno y divino
El verdadero Guerrero, Águila o Jaguar, que hoy viven, como los del pasado, no buscan ni tienen el control sobre otros seres humanos, lo tiene, sobre sí mismos.
Esa es su verdadera fortaleza, pues mientras el hombre busca el poder para controlar a las sociedades, domesticarlas, el Guerrero sabe que su fortaleza para afrontar los verdaderos combates de la vida, sin miedo, es el control sobre sí mismo.
Un Guerrero es aquel que puede controlar sus emociones. El ser humano por lo general reprime sus emociones cuando pierde el control, no cuando lo mantiene.
La gran diferencia entre un Guerrero y un ser ordinario es que éste se fuerza y el Guerrero se refrena. El hombre común se reprime porque tiene miedo de mostrar sus emociones, de decir lo que quiere decir.
Refrenarse no es lo mismo que reprimirse. Significa retener las emociones y expresarlas en el momento adecuado, ni antes no después.
Esa es una de las razones por lo cual los Guerreros, los auténticos, son impecables. Tienen un control absoluto sobre sus propias emociones y, por consiguiente, sobre su propio comportamiento.
La perversión de la conquista llego a extremos para explicar el magnicidio, el abuso de los españoles en contra del mundo prehispánicos y con ello, además, limpiaban el oro y la plata que se robaron de las tierras conquistadas.
Escudados en la evangelización de una sociedad que veneraba a la serpiente. Una evangelización donde se habla de Jesucristo, el hombre que muere para el perdón de nuestros pecados, pero que ellos, los colonialistas, lo presentaban como un dios amoroso, mientras ellos asesinaban, ultrajaban a las mujeres, los convertían en sus esclavos y les daban una forma de vida en permanente degradación.
La Piedra del Sol y los conquistadores
En esa desgarrante y pervertida realidad, por ejemplo, los conquistadores creyeron que la Piedra del Sol, o calendario azteca, era un simple y locuaz oráculo; hoy, hombres de ciencia en el mundo, se admiran.
Pero la Piedra del Sol era algo mucho más importante que el calendario mismo. Un instrumento de cálculo y a la vez un sistema para proyectar el futuro, del sistema solar y de los propios humanos, como ya vimos.
La Piedra del Sol fue manejada por los sacerdotes prehispánicos y por los mismos Guerreros para guiarse en dos modos de percepción del tiempo: el solar y el lunar.
El tiempo lunar, femenino y plateado, es más flexible que el tiempo solar: masculino y dorado, y por lo tanto, a los Guerreros les facilitaba el desplazamiento de la conciencia entre distintas dimensiones.
La Piedra de Sol era también un instrumento para que la clase sacerdotal, los sabios, pudieran conectarse con la conciencia superior.
En cada ciclo, por ejemplo, señala el punto astronómico en que la órbita de la tierra coincide con la de Venus, creando, dicen los iniciados, un puente etérico entre los dos planetas. Hay que recordar que Quetzalcoatl esta relacionado con Venus.
Antes del sacrificio, el auténtico Guerrero o la mujer que sabía que moriría, debían meditar sobre lo que había sido su vida, sobre lo que anheló y puso obtener y, sobre lo deseado y no logrado.
Meditar sobre lo que se amó en la vida. Se hacía una lista de las personas que fueron importantes, iniciando por su padres biológicos. La intención era despedirse de todos, perdonar a quienes debía dispensarse y pedirles indulgencia a quienes se les debía algo.
En esa meditación, en ese estado de conciencia. en un verdadero estado de alerta, debía viajar de regreso a los lugares donde conoció la felicidad terrena y espiritual, escuchando la música que lo había conmovido como ser humano.
Así era la noche previa, mientras que a las afueras, la algarabía y el mitote inundaba la plaza pública. Todo estaba dispuesto, los dioses esperaban a que el Chacmol se elevara a los cielos con la ofrenda consagrada para ellos.
No era un día más. Era un espacio reservado para la comunicación entre el mundo material y el inmaterial. Era un día de espera para que la vida resurgiera.
Una concordancia armónica con los seres vivos: nacer, crecer, reproducirnos y morir, para nuevamente iniciar el ciclo, nacer, crecer, reproducirnos y morir...
A diferencia de algunas religiones, la muerte no era ordenada por Dios, en esos actos de celos posesivos que se registran en la Biblia, para citar un ejemplo, en donde el todopoderoso exige la muerte de humanos para que los demás entiendan que de no creer en él, todo el pueblo morirá asesinado o pueblos completos, prostituídos por su soberbia y poder, como Sodoma y Gomorra eran convertidos por dios, en piedras de sal.
Nunca, entre los pueblos prehispánicos, sus dioses tuvieron que enviar un diluvio para acabar con la degeneración de ángeles, mujeres y hombres y sus descendencias, por citar sólo otro ejemplo.
Los Guerreros Aguila
Los Guerreros Águila eran guerreros solares, diurnos. Eran iniciados en la cara masculina del conocimiento. Pero así como hay luz de día, hay luz en la obscuridad.
La obscuridad del día nos impide ver las estrellas y por ello en la antigüedad se pensaba que el sol mataba a las estrellas. El Guerrero Águila aprende a moverse en esa obscuridad del día.
Los Guerreros Jaguar
Los Guerreros o Caballeros Jaguares, aprendieron a moverse en el silencio y en la oscuridad. El Jaguar es una animal sagrado para la Madre Tierra, Llamatehcutli....
Al igual que la diosa de la tierra, el jaguar tiene por territorio el silencio y la oscuridad. Así es como caza y se aparea y así es como hacían la guerra los Caballeros iniciados en el espíritu del Jaguar .
Llamatehcutli es el verdadero espíritu de la experiencia que se ha convertido en sabiduría... Pero esta sabiduría, como todas las cosas, puede ser masculino o puede ser femenino...
Lo masculino se relaciona con el Sol, con los Guerreros Águila, es decir, existe una relación con la luz diurna, las cosas pueden verse a simple vista...
La femenina, en cambio, pertenece al mundo de la noche, a lo oculto, a la visión en la oscuridad, al silencio de lo invisible y pertenece a los Jaguares...
Llamatehcutli ha vivido muchos años...Ha visto muchas cosas y el mundo ya no tiene secretos para ella... Por eso no juzga ni condena nada ni a nadie...
Sabe lo que hay dentro en cada uno de sus hijos y por eso está más allá de toda curiosidad.... Sólo tiene curiosidad el que no sabe y quiere saber...
Ella sabe todo y no dice nada.... Llamatehcutli no cuenta nada ni da consejos... El Guerrero o Caballero Jaguar escucha en el silencio los mensajes de la otra realidad.... y se mueven en el mundo de las sombras, transportándose de un sitio a otro, sin ser vistos...
Para ellos no es misterioso el mundo de la invisibilidad, pues ellos han aprendido a practicarla a conciencia....
El Guerrero Águila emprende el vuelo y desde las alturas, con una vista majestuosa e impresionantemente precisa, aprende a vivir, para sí mismo y por el bien de su comunidad.
Tu, que clase de Guerrero eres. En México, en el ombligo de la luna, aún se respira la magia de nuestra tierra, Llamatehcutli... Somos un misterio, una aventura, conocedores de las ciencias, de las artes y de lo cíclico de la vida.
Y tú, quién eres: ¿águila o jaguar... ?
Tonatiuh círculos
Tonatiuh
Primer circulo
En el centro de la piedra está Tonatiuh, con la máscara de fuego, su atributo como rey de los planetas. Este astro regía el universo en todas sus manifestaciones. Se le representaba con el pelo rubio por su aspecto dorado, y las arrugas indican su avanzada edad. El signo ome acatl que tiene sobre la frente, se refiere al principio de la cuenta de los años o xiuhmolpilli, o sea, el sol del primer día del ciclo de 52 años despues de la noche en que se encendía el fuego nuevo. Además la gargantilla de seis cuentas se consideraba también simbolo del principio del ciclo sagrado. La lengua hacia afuera, como cuchillo de obsidiana, indica la necesidad de que se le alimentara con sangre y corazones humanos.
Segundo circulo
La cara de Tonatiuh, está rodeada por un gran símbolo: ollin(movimiento o terremoto) que ocupa la parte central de la Piedra del Sol porque es el simbolo dominante en la era del quinto sol. En los cuadretes laterales del propio símbolo, están inscritas la fechas en que terminaron las cuatro épocas cosmogónicas que precedieron a la actual. Notese que en cada uno hay, además del simbolo correspondiente, cuatro circulos. Epocas cosmogonicas
4 jaguar
La primera y más remota de las cuatro épocas cosmógonicas, se representa por Ocelotonatiuh, dios del jaguar. Durante ella vivieron los gigantes que habian sido creados por los dioses, los cuales finalmente fueron atacados y devorados por los jaguares.
4 viento
La segunda época es representada por Ehécatl, el dios del aire. Durante esa época la raza humana fue destruida por fuertes vientos y huracanes y los hombres se convirtieron en monos.
4 Lluvia
La tercera época está representada por la cabeza de Tlaloc, dios del fuego celeste y las lluvias. En esta época todo se destruyó por la lluvia de lava y fuego y los hombres se convirtieron en aves para sobrevivir a la catástrofe.
4 agua
En la cuarta época representada por la cabeza de Chalchiuhtlicue, diosa del agua, esposa de Tlaloc, la destrucción se dió por fuertes y tormentosas lluvias y en ella los hombres se convirtieron en peces para no sucumbir ahogados.
Puntos cardinales
El tocado del guerrero simboliza el NORTE.
El SUR está representado por el chango.
La daga de obsidiana técpatl, simboliza el ESTE o luz solar.
La casa del dios de las lluvias y fuego celeste tlalocan, simboliza el OESTE.
Los cuatro puntos que se encuentran a los lados del símbolo ollin indican la fecha en que habrá de terminar el quinto sol a causa de un terremoto: 4 temblor

Tercer circulo
En este circulo hay veinte casillas con los signos de los días, los cuales se leen comenzando por la casilla superior de la izquierda. El calendario civil constaba de dieciocho meses de veinte días cada uno, agregandose al final cinco días nemontemi, fatídicos e inútiles. Estos veinte días se combinaban de cinco en cinco, dedicando el quinto al mercado tianquiztli. Como los cinco nemontemi eran inútiles resultaban en el año 72 días de mercado que eran de descanso o fiesta, y 288 de trabajo. El calendario ritual constaba de 260 días, dividido en veinte trecenas, y la combinación de los dos calendarios daba el ciclo de 52 años.
Cuarto circulo
Las joyas de jade y turquesa adornan al dios porque los aztecas llamaban al sol Xiuhpiltontli "el niño turquesa". La orla de placas con cinco incrustaciones o chalchiuitl simbolizan la combinación de cinco en cinco días.
Los cuatro rumbos del universo
Quinto circulo
Este fastuoso ornamento, que significa luz, fuerza y belleza, tiene una placa de jade chalchiuitl y está rematado con plumas de águila y una perla.
Las figuras concentricas representan las plumas del águila estilizadas, adorno del dios del sol.
Los rayos solares esparciéndonse por el universo.
Sexto circulo
Las figuritas ovaladas y terminadas en punta, son las gotas de sangre humana ofrendadas al dios sol.
as barras erectas significan el fuego muerto , y las llamas representan el fuego nuevo que nace cada 52 años.
Septimo circulo
El cuerpo de dos enormes xiuhcóatls "serpientes de fuego" que transportaban al sol através del firmamento circundan la Piedra del Sol. En la parte inferior emergen dos cabezas de sus fauces. Esta alegoría representa la lucha cotidiana de los dioses por la supremacia en la tierra y en los cielos. Las dos caras tienen las lenguas hacia afuera, pegadas una con la otra, y significan la continuidad del tiempo, o sea, el sol saliente y el sol poniente, siempre en contacto.
Sobre las cabezas de las serpientes se pueden contar siete ojos entrecerrados, que son las siete estrellas principales de las cabrillas; y como cintilantes que son, se asemejan al ojo humano que se abre y se cierra.
Quetzalcoatl personificado como Tonatiuh "el sol".Tezcaltipoca personificado como Xiuhtecutli "la noche".Los cuerpos de las serpientes estan formados cada uno por once segmentos iguales en los que pueden observarse las volutas o llamas representativas del fuego nuevo.
Las colas puntiagudas de las serpientes tienen forma de rayo solar y estan adornadas con hierbas y flores. Los dos grupos de cuatro bandas anudadas de amatl "papel vegetal de maguey" simbolizan los cuatro tlalpilli "atadura de trece años" que forman el ciclo de 52 años.
La placa conmemorativa.
El signo jeroglifico MajtlajtliYei Acatl "trece caña" corresponde al año de 1479, fecha en que se terminó la construcción de la Piedra del Sol.
Octavo circulo
Esta sucesión de circulitos representan la vía láctea.
LOS 13 CIELOS
LOS 13 CIELOS
El presente trabajo tiene como objetivo abordar un tema que tanto historiadores como antropólogos de
la medicina tocan en mayor o menor medida cuando hablamos de la medicina prehispánica. El tema al
que me refiero es el de la existencia de diferentes cielos sobre el plano de la tierra. Se encuentra
Información en documentos prehispánicos como en los códices Vaticano Latino 3738, Borbónico y otros
más, así como en documentos del periodo colonial escritos tanto por españoles como por indígenas. Así
mismo, son muchos los estudios que durante el siglo XIX y XX también se han escrito al respecto
Mostrando un esfuerzo por encontrar la lógica de dicha figura multiceleste; no obstante continúan con
La incógnita y siguen sin entender adecuadamente dicha representación.
La especulación con respecto a esta particular idea multiceleste se debe al hecho de querer explicarla
por correlaciones o analogías equivocadas, y desear relacionarla con la teogonía propia del pueblo
mesoamericano o compararla con la forma escalonada que tienen las pirámides e incluso con fenómenos
astrales como son el Sol, la Luna, las estrellas, los planetas, etcétera.
No obstante no se tiene hasta hoy teoría alguna que permita armonizar todas las contribuciones con la
idea de la existencia de múltiples cielos por arriba de la tierra.
Esto ha llevado a que se constriña la estructura del mito estudiado para que coincida con el marco
explicativo que plantea algún investigador. Hasta ahora, las explicaciones que han intentado dar cuenta,
de manera lógica y razonable de los múltiples cielos, dejan mucho que desear.
Dada la serie de soluciones parciales e insuficientes que circundan esta idea multiceleste y los
problemas que de ello se derivan al desarrollar el tema en los espacios académicos, me he interesado con
el fin de poder ubicar información que me permita conectar una determinada región anatómica con la estructura en cuestión.
«El cuerpo desborda su continente; es a la vez marcador de espacios y calendario que norma incluso
el transcurrir del tiempo con sus cargas fastas o nefastas. Cuerpo, imagen microcósmica del universo
que el mesoamericano, domestica y nombra a su imagen y naturaleza. Cosmos, espejo
magnificado del cuerpo. ¿Cómo extrañarse que uno y otro requieran, para su supervivencia, de una
interminable entrega, de una eterna correspondencia?»
Para establecer dicha correlación imagine un modelo hipotético, que puede corresponder al del cuerpo
humano pues la representación que los nahuas forjaron de los múltiples cielos tiene una clara
correspondencia con ciertas estructuras del cuerpo humano. Esta afirmación lleva a preguntarse: ¿Por
qué el cuerpo humano puede ser tomado como la base para ordenar tanto fenómenos terrenales como
cósmicos que aparecen en el mito nahua de los cielos?
Recordemos que en muchas filosofías: el orden interno del cuerpo humano es la representación del
orden externo del cosmos. La relación que guarda el cuerpo humano con el cosmos es uno de los
referentes primordiales en el mundo nahua y prehispánico en general, en donde el cuerpo además
reproduce de manera muy clara la geografía terrenal -muy especialmente las montañas y las oquedades-;
en otras palabras, el cuerpo es el medio por el cual la persona entra en contacto con
lo sagrado.
El cuerpo refleja el macrocosmos porque de la misma manera en como lo universal está en lo
particular, lo particular está en lo universal, es decir el orden del microcosmos refleja fielmente el
orden del macrocosmos; cuando los nahuas y otros pueblos mesoamericanos, comprendieron el orden
contenido en las estructuras anatómicas del cuerpo humano, proyectaron este orden hacia el macrocosmos
para de esta manera humanizarlo. Esto permite comprender también el inframundo. Se crea así una

relación indisoluble entre cuerpo y universo, entre las estructuras y procesos de uno con el otro.
«¼el hombre en el pensamiento náhuatl¼no constituye un orden existencial autónomo y
desvinculado, como no lo son tampoco la naturalez; el hombre es el mundo - entendiendo
por «mundo» «naturaleza» o «mundo natural» -; se trata de una explicación antropocéntrica del
cosmos. Pero al mismo tiempo, según la ley dialéctica de lucha de contrarios y de muerte y renacimiento
se llega a una explicación cósmica del hombre. Todo esto significa que aunque hay en el pensamiento
religioso náhuatl¼una diferenciación hombre-mundo, el uno no se explica sin el otro, más bien se
explica por el otro y ambos por lo divino, lo cual nos habla de una concepción unitaria de la realidad, no
intelectual, sino vivencial, en la cual hay una unidad dinámica ordenada por un principio superior».
«En los mitos cosmogónicos se hace expresa la relación hombre-naturaleza y hombre-fuerza divina, con la
idea central de que los dioses que crean el mundo para que habite en el hombre, y al hombre para venerarlos
y sustentarlos. La creación del cosmos se explica como un proceso generador en el que van apareciendo
sucesivamente los grandes elementos y los diversos entes, con la finalidad de provocar en el hombre una
evolución que lo lleva a constituirse en el ser que los dioses necesitan para subsistir. Es decir, que el
hombre es el factor determinante del proceso entero de la gestación del cosmos¼» Y para poder
entender el orden y las características que los nahuas dieron a los diferentes cielos que están por
«arriba» de la tierra, primero debe reconocerse la semejanza que la estructura de éstos tienen con
la estructura del cuerpo humano.
«Conviene decir que los nahuas concebían estos cielos a modo de regiones cósmicas superpuestas y
separadas entre sí por una especie de travesaños, que constituían al mismo tiempo lo que pudiéramos
llamar pisos o caminos sobre los cuales se movían los varios cuerpos celestes.» Los trece cielos se
dividen en tres grandes grupos que a saber son: 1. Cielos en donde se aprecia predominantemente el
movimiento: luna, estrellas, sol, venus y cometas. (Del 1º al 5º cielo) 2. Cielos donde se aprecia
predominantemente el color: Negro, verdiazul, blanco, amarillo y rojo. (Del 6º al 11º cielo) 3. Cielos que
son predominantemente duales y que están por arriba de los demás. (12º y 13º cielo) en donde el 13º
presenta una característica prácticamente compartida por todos los investigadores y que se refiere a
considerarlo, por excelencia, el lugar donde radica la dualidad: Ometéotl; Ometecuhtli - Omecíhuatl.
Ahora bien, como todos los investigadores delimitan muy bien la importancia y trascendencia del 13º
cielo en relación con los otros doce, éste debe encontrar su referencia anatómica en una estructura
trascendente del cuerpo humano, mientras que los restantes deben encontrar su representación en otra
parte específica; el paso del 11º cielo al 12º tiene el mayor número de problemas explicativos. Por esta
razón se da cuenta, en un primer momento, de los primeros doce cielos y en un segundo momento del
décimo tercero.
Los doce cielos y su representación en el cuerpo humano
Habiendo hecho la anterior precisión se establece la siguiente pregunta: ¿En qué parte del cuerpo
humano puede ubicarse la estructura corporal que permita establecer el número doce, que además
presente una superposición vertical y contenga espacios intermedios? Primero se pensó en la columna
vertebral, pero el número de vértebras superaba en mucho el número de doce y además los «espacios»
intervertebrales están ocupados por los discos intervertebrales con lo cual no queda corredor alguno.
Es en las costillas en donde se encontraron estructurales los cielos, que empezaron a apreciarse
como demasiado coincidentes no sólo por el número, sino además
por las características que se marcan sobre los doce cielos. Éstas son las siguientes: 1. Son en un
número de doce pares, 2. Están sobrepuestas en un plano vertical, 3. Entre cada una de ellas existe una
separación llamada espacio intercostal, 4. En el borde inferior de cada costilla, se encuentra una
estructura triple compuesta por un nervio, una arteria y una vena, cuyo flujo sanguíneo es
primordialmente en un plano horizontal.
De acuerdo a la disciplina anatómica las costillas pueden ordenarse en tres grandes grupos: 1. Siete
pares de costillas verdaderas por estar unidas directamente al esternón por medio de tejido
cartilaginoso (1ª a 7ª) 2. Tres pares de costillas falsas por estar indirectamente unidas al esternón por
medio de tejido cartilaginoso, (8ª a 10ª) -estos 10 pares de costillas prácticamente «abrazan» en su
totalidad a los órganos del tórax-. 3. Dos pares de costillas flotantes, llamadas así por estar unidas sólo
en su porción posterior con las dos últimas vértebras torácicas (11ª y 12ª).

Los dos pares de costillas flotantes como los tres pares de costillas falsas pueden equipararse con
fenómenos cósmicos que tienen la característica de estar permanentemente en movimiento; mientras
que los siete pares de costillas verdaderas pueden identificarse con colores - excepción hecha para el
5º par costal que estaría relacionado con el 8º cielo que corresponde a la tempestad, así como el 12º par
que pertenecería al lugar de la dualidad.
Tanto las costillas flotantes como las falsas pueden corresponder a procesos móviles propios de la
bóveda celeste y, a excepción del «Sol», los demás fenómenos se observan durante la noche o por la
madrugada. Mientras que las costillas verdaderas, el V, VI y VII par (6º, 7º y 8º cielos) pueden ser
correlacionadas con fenómenos propiamente terráqueos: viento, tierra, tempestades. Los pares II, III y
IV (9º, 10º y 11º cielos) se correlacionan con colores: blanco, amarillo y rojo. El primer par costal (12º
cielo) se correlaciona con la región de la dualidad; no es la costilla la que representa el cielo sino
que es el techo de un piso así como el piso de otro cielo y es el espacio intercostal el que
representa al cielo
El treceavo cielo y su representación en el cuerpo humano
Este cielo corresponde al Omeyocan, lugar de la dualidad, de donde emana la vida con sus dos caras
contrarias, fuerzas opuestas, es el más allá metafísico, es el centro del mundo, es el ombligo de éste.
El Omeyocan está presidido por Ometéotl que es el ser supremo, que ejerce primordialmente su
acción sustentadora como un principio dual. Ometéotl mora en lo más alto de todos los cielos y da
fundamento a la tierra. el huehuetlatolli refiere lo siguiente:
«Y sabían los toltecas/que muchos son los cielos,/decían que son doce divisiones superpuestas./Allá
vive el verdadero dios y su comparte. El dios celestial se llama Señor de la dualidad,/y su comparte se
llama Señora de la dualidad,/Señora celeste. Este huehuetlatolli marca claramente que el sitio
principal de residencia de Ometéotl el Omeyocan, lugar de la dualidad, está más allá de todos los
pisos celestes.
En la «Historia de México» de 1543 y probablemente escrita por Marcos de Niza y A. de Olmos,
según información vertida por el padre A. Ma. Garibay K. se refiere lo siguiente: «En el treceno y
último, más alto, hay un dios llamado Ometecuhtli, que quiere decir señor de la dualidad).» En el
«Tratado de los dioses y ritos de la gentilidad» documento atribuido, por A. Ma. Garibay K. a Pedro
Ponce de León, escrito en 1569, se dice lo siguiente: En el 13º: «Ometecuhtli - Omecíhuatl, de los
cuales dicen vivían sobre los doce cielos».
Y sobre la presencia de la dualidad Ometecuhtli - Omecíhuatl, es importante recordar cómo destaca, el sentido de la
palabra «comparte»', en donde i-námic deriva del verbo
namiqui y del prefijo posesivo i-, significando, «su igual o cosa que embona con otra» indicando así
la relación del dios supremo con «su igual o lo que con él embona».
Esta naturaleza doble, Ometéotl, se dividía en dos naturalezas que en su esencia son lo mismo y en su
contenido son diferentes: Ometecuhtli y Omecíhuatl así para M. León-Portilla, Ometéotl y su
comparte Omecíhuatl no constituyen principios o realidades distintas, sino que comparten una misma
naturaleza, característica de un ser supremo: Ser único y dual a la vez.
Ahora, cabe preguntar: ¿Qué estructura del cuerpo humano está por encima de la caja costal - de los 12
cielos - y tiene una estructura dual, esto es, tiene dos caras contrarias, que sean fuerzas opuestas y que
además tenga su igual, esto es, con lo que embona bien? La única estructura anatómica que responde a
estas preguntas es la cabeza, en particular, el cráneo. Como el Omeyocan no sólo por estar arriba de
las costillas - los 12 cielos - y en particular por arriba del 1º par costal, sino además posee una doble
naturaleza: la masa encefálica, que se divide en dos hemisferios: derecho e izquierdo y cada uno de
ellos es de naturaleza contraria. Así los hemisferios cerebrales pueden representar de manera
extraordinaria la idea prehispánica del Ometéotl que se divide en Ometecuhtli y Omecíhuatl y puede
aceptarse que el cráneo corresponde al 13º cielo.
Los hemisferios cerebrales, además de ser iguales, son dos caras encontradas, una es el reflejo de la
otra, esto es, son reflejo en espejo, embonan bien a pesar de tener fuerzas opuestas. Los hemisferios
cerebrales, en esencia, son iguales y parecen el reflejo el uno del otro. Este último dato es de gran
relevancia porque puede decirse, desde la cosmovisión nahua, que son gemelos: Son coatl.
La cabeza y sus órganos recibían los siguientes nombres: En la cabeza interna. 1. Sesos: Quatetextli o
Quateteztli. Cerebro: Quatextli o Quatetexotl. Traducción: Cuatextli. Coatl = gemelo; Textil =
cuñado, blanco Así Quatetextli puede traducirse como Los gemelos blancos. 2. Cerebro:
Cuanepantla. Coatl = Gemelo. Nepantla = En medio de. Así Cuanepantla puede traducirse como Los
gemelos que están en medio de la cabeza. 3. Otra manera de nombrar al cerebro era Cuayollotli.
Coatl = Gemelo. Yollotli = yollotli qu itiquitinemi = tiene la razón por guía. Así Cuayollotli puede
traducirse como Gemelos de la razón.
El quinto Sol
El quinto Sol
"... finalmente, a medianoche, los dioses
se reunieron en Teotihuacan y ocuparon
sus sitios en torno del fogón divino. En
este lugar sagrado arde el fuego durante
cuatro días. Y entonces los dioses
hablaron así:
- Vamos a crear el Quinto Sol; más para
hacer eso, uno de nosotros tendrá que
arrojarse a la hoguera.
Nadie habló. El fuego seguía ardiendo
vivamente, pero no hablo nadie. Al fin se
levanto alguien, un ser envuelto en
sombras, un dios feo, terriblemente
buboso y cubierto de verrugas y costras.
Se levanto con timidez y se puso a temblar
mientras lo miraban con desprecio los
demas dioses.
Cuando el arrogante dios Tecuciztecatl,
Señor de los Caracoles, vio que un dios tan
pequeño y deformado se habia ofrecido
para convertise en el Quinto Sol, se puso
en pie de un salto.
¡Silencio!
Paseo la mirada en torno, lleno de miedo.
El fuego inmenso salta y ruge, ahuyentando
a las estrellas. El Universo parece estar
golpeando freneticamente dentro el vientre
de su madre y por dondequiera se oye el
sonido de tambores. El sonido va
creciendo de intensidad a medida que las
llamas suben cada vez mas altas. Los
dioses entonces, hablan asi:
- ¡Ea, pues, Tecuciztecatl, entra tu en el
fuego!
El arrogante dios sonrie con desden
mientras avanza despacio hasta ponerse
enfrente de la enorme torre de llamas. Pero
al sentir el calor de las grandes llamas, se
le derrite la confianza y tiene miedo. Cierra
los ojos, toma aliento y arremete para
echarse en el fuego. Lanza un grito al
aproximarse al fogón divino, pero no
puede avanzar mas. Entonces todos los
dioses se levantan indignados.
Tecuciztecatl ruge como un huracan y
vuelve a correr hacia la hoguera. Cuatro
veces corre y cuatro veces no puede entrar
en el fuego.
Entonces de nuevo se hace silencio. Las
inmensas llamas se elevan danzando de tal
manera que destierran a los cometas de la
obscuridad. El Universo empuja su cuerpo
contra el vientre de su madre,
esforzandose en nacer y lanzando un
alarido infernal que resuena
interminablemente en torno nuestro. Y otra
vez hablan los dioses:
- ¡Ea, pues, Nanahuatzin, prueba tu!
Los dioses quedan de pie en torno del
fuego bramador y van volviendo sus ojos
inexpresivos hasta mirar al dios feo. Y le
instan de nuevo: "¡Nanahuatzin, ya es
hora de que pruebes tu!".
Sin aguardar un momento mas, se levanta
dando un grito, arrancandose el manto y
mostrando la fealdad de su cuerpo al
Fuego Creador.
Los sacerdotes tratan de controlarlo, pero
este se escabulle de sus manos,
lanzandose hacia el fuego que llamea en la
plataforma iluminada del templo. En la
plaza de los dioses, iluminada por la luna,
hay una explosión violenta que estalla en
diez mil rayos, los cuales estallan a su vez
y caen sobre la tierra en una lluvia de plata.
Las montañas se desploman y el cielo se
abre y se traga a Nanahuatzin. Despues hay
una obscuridad total: nada se puede ver,
nada se puede oir. Solo se escucha el ruido
crepitante de carne que se quema.
Luego, en esa noche obscurisima, los
dioses se sientan, exhaustos a esperar la
salida del nuevo sol. Esperan largo rato. Al
fin comienza a ponerse colorado el cielo y
en todas partes aparece la luz del alba.
Exhalando un suspiro los dioses se ponen
de rodillas para ver por donde saldra el feo
Nanahuatzin. Miran por todas partes sin
poder acertar donde aparecera. Solo el
dios Quetzalcoatl sabe el lugar en que
aparecera el Quinto Sol. Y cuando aparece
en el cielo, por el oriente, emerge de un
color rojo encendido y tambaleandose de
uno a otro lado. Nadie lo puede ver, tan
brillante y dorada es la luz que despide.
- Pero, ¿como habremos de vivir?- claman
entonces los dioses- ¡No se mueve el Sol!
No sigue su camino por el cielo! No hay ni
noche ni dia!
El Sol sigue tambaleandose de un lado a
otro. Sin embargo, no avanza por el cielo.
Tiene vertigo. Alguien canta alla a lo lejos:
" El Quinto Sol se llama el Sol del
Movimiento porque sigue su camino; pero
tu no te mueves, Nanahuatzin! ¡TU NO TE
MUEVES!
Los dioses dan un grito y se clavan en las
venas sus cuchillos de obsidiana,
ofreciendole al Sol su propia sangre, que
va subiendo hasta el cielo. Luego la sangre estuviera flotando. Este pasa volando por
delante de los sacerdotes, quienes se
afanan por detenerlo, pero el Sol ya esta
bajando por la escalinata, precipitadamente
huyendo hacia el horizonte que empieza a
empaparse de sangre...
Fue asi como nacio el Quinto Sol. Desde
ese dia ha iluminado a los Mexicas , a los
Mayas, a los Olmecas, a todas y cada una
de las grandes pueblos que existieron y
existen en Mesoamerica.
se convierte en un gran viento que sopla
sobre el Sol y lo hace levantar como si estuviera flotando. Este pasa volando por
delante de los sacerdotes, quienes se
afanan por detenerlo, pero el Sol ya esta
bajando por la escalinata, precipitadamente
huyendo hacia el horizonte que empieza a
empaparse de sangre...
Fue asi como nacio el Quinto Sol. Desde
ese dia ha iluminado a los Mexicas , a los
Mayas, a los Olmecas, a todas y cada una
de las grandes pueblos que existieron y
existen en Mesoamerica
CUENTA LARGA.
CUENTA LARGA.
1 K’ I N (día), del 0 al 19, al completarse forman
1 U I N A L (ciclo de 20 días), 18 de estos forman
1 T U N (ciclo de 360 días), 20 de estos forman
1 K’ A L T U N (ciclo de 7200 días), 20 de estos forman
1 N Í K T E K’ A L T U N (ciclo de 144,000 días), 13 de estos forman (394.25 años).
1 OSHLAHK’ALTUN u OSHLAHNÍKTE (ciclo de 1 872 000 días), que es una Era de 5125 años y 134 días.
El día 0 de la cuenta Juliana corresponde al año 4714, Noviembre 26 (Gregoriano).
La cuenta 0.0.0.0.0, 4 AHAU, 8 Kumk’uh, en las correlaciones que estamos manejando, caen el día juliano 584314 o 584315, la HMC, 584300 la SCC, 584283 la GMT2 y Quiché, 584282 la GMT1, según los programas más generalizados en la actualidad. El 13 de septiembre del año 3114 a.C. Gregoriano, es el principio de la cuenta Maya y el final de este ciclo, que es el 13.0.0.0.0, 4 AHAU, 3 Kank’in; será el 22 de enero del 2013 D.C. (según HMC). Con la C.S.584300, comienza el 29 de Agosto del 3114 y se reinicia el 7 de Enero del 2013. Agosto 11 del 3114 y 21 de Diciembre del 2012 con la GMT2 y Quiche; 12 de Agosto y 22 de Septiembre de los mismos años con la GMT1.
Esta cuenta numerada del tiempo ha sido de mucha utilidad para encontrar las claves y formas del Calendario Maya. Es como la cuenta numerada juliana, pero con un desarrollo más complejo encima de ella. La discusión durante mucho tiempo fue el punto de arranque o día del calendario cristiano correspondía el día 0.0.0.0.0 4 AHAU, 8 KUMK’UH, fecha que viene referida en diversas estelas y códices, que dieron la clave para la búsqueda de la estructura de esta original cuenta del tiempo. Las investigaciones apuntan hacia el año 3114 a.C. para esta fecha, pero no es la única referencia en el Calendario Maya, pues también se han encontrado fechas anteriores y que corresponden a la rueda de cuenta larga anterior, o sea la que comienza con el 4 AHAU, 8 SOOTS’, 5125 años antes, en el año 8239 a.C..
Una de las claves que nos da esta cuenta es que cuando termina en un K’in Cero es un día AHAU, con el 1 IMISH, 2 IK’, 3 AK’BAL, etc., no hay cambios, lo que nos confirma que no hay repetición de fechas, nombres de días, ni cuartos de día, pues entonces esta correspondencia ya habría cambiado desde hace siglos.
0.0.0.0.0, 4 AHAU, 8 KUMK’UH……….3114 a.C.
1.0.0.0.0, 3 AHAU, 13 CH’EEN……..…2720 a.C.
2.0.0.0.0, 2 AHAU, 3 UAYEB…..…..….2325 a.C.
3.0.0.0.0, 1 AHAU, 8 YASH…..…..……1931 a.C.
4.0.0.0.0, 13 AHAU, 13 POOP…...……1537 a.C.
5.0.0.0.0, 12 AHAU, 3 SAK…….…..…..1143 a.C.
6.0.0.0.0, 11 AHAU, 8 UO…………..……748 a.C. Preclásico
7.0.0.0.0, 10 AHAU, 18 SAK……..………354 a.C. Preclásico
8.0.0.0.0, 9 AHAU, 3 SIP……………..…….41 d.C. Clásico temprano
9.0.0.0.0, 8 AHAU, 13 KEH…………..…...436 d.C. Clásico Maya
10.0.0.0.0, 7 AHAU, 18 SIP……….………830 d.C. Transición al Posclásico
11.0.0.0.0, 6 AHAU, 8 MAK……..……….1224 d.C. Posclásico
12.0.0.0.0, 5 AHAU, 13 SOOTS’………..1618 d.C. Colonización europea
13.0.0.0.0, 4 AHAU, 3 K’ANK’IN…………2013 d.C. Final de la Era e inicio de otra.
Cada Oshlahk’altun (sería correcto llamarle OSHLAHNÍK’TE), o sea el ciclo de 13 Ník’te K’altun(ob, plural en maya) que conforman la Cuenta Larga y que tiene una duración de 1 872 000 K’inob, que son 5125 años y 134 días, todos comienzan en un 4 AHAU, en este caso combinado con 3 K’ANK’IN, marcador clásico y 0 K’ANK’IN, ya con el debido corrimiento de los cargadores que se lleva a cabo cada 312 Haab. Duran 7200 Kuch k’in o 5200 Tun que es igual.
El calendario Maya está creado por gente pensante para gente pensante y encierra muchas correspondencias astronómicas.
¿COMO LLEVAREMOS A CABO LA CUENTA MAYA EN LA NUEVA ERA?
¿COMO LLEVAREMOS A CABO LA CUENTA MAYA EN LA NUEVA ERA?
He aquí una buena pregunta, pues la mayoría de los interesados en la reutilización de este sistema de codificación del movimiento sincrónico del universo, están utilizando fórmulas erróneas, nuevas, emanadas de interpretaciones fantasiosas y la verdad es que el sistema original supera por mucho a las invenciones modernas.
Los arqueólogos e investigadores de los siglos diecinueve y veinte, rescataron la matemática cronológica con la que los mayas y demás culturas de Mesoamérica registraron los eventos astronómicos, energéticos, naturales y político-sociales, habiendo sido una gran hazaña los esfuerzos de desciframiento realizados por tantos aventureros a los que debemos agradecimiento y aunque algunas de sus interpretaciones puedan ahora, tras nuevas evidencias, no resistan las pruebas de aceptación y veracidad, lo que ha pasado y seguirá sucediendo siempre, les debemos el hecho de haber abierto el camino a los que vendríamos atrás; un investigador tiene que estar siempre abierto a las nuevas comprobaciones que a través del uso e implemento de nuevas herramientas tecnológicas, pueden hacer variar algunos resultados obtenidos anteriormente.
Hablando sobre la Cuenta Maya, para comenzar, hemos tenido que revisar a fondo la coherencia y los resultados de ésta, llevando a cabo el cotejo de los eventos astronómicos registrados en estelas y códices principalmente, ya que en estos documentos fueron registradas cientos, quizás miles de fechas, de las cuales, la mayoría contienen una relación astronómica implícita, que con la ayuda de herramientas modernas tales como son los programas de astronomía y otros que nos ayudan a realizar cuentas de correlación entre las fechas mayas y las cristianas. Dicho cotejo es fácil en el caso de las cuentas mayas, pues entre las culturas del altiplano es muy difícil encontrar relación cronológico-astronómica, pues no aparecen registros de eclipses, por ejemplo, con su fecha precisa de calendario.
En primer lugar, tenemos que llevar a cabo la cuenta maya con una lógica matemática que está perfectamente bien identificada; la que llamaron los estudiosos Cuenta Larga y su relación con los 20 signos y 13 números de la cuenta sagrada KUCH K’INIL (Tsolk’in), las fechas de la rueda de 365 días (Haab), sin bisiestos por razones astronómicas relacionadas con el planeta Venus, las semanas de 9 días, las lunaciones, que no se contaban en 28 días como muchos afirman, sino en semestres en los que combinaban de manera muy ingeniosa lunas de 29 y de 30 días, de ello tenemos testimonio en la Tabla de los Eclipses del Códice Dresden; a toda esta mezcla de cuentas se le llamó BUK’ SHOK, que quiere decir “mezcla de las cuentas. Dicha cuenta contiene una lógica matemática perfecta y cuando no se realiza como debe, se nota inmediatamente; por ejemplo, en la actualidad la mayoría de los entusiastas seguidores de la cultura maya y su cuenta, han llegado a la conclusión y acuerdo que el 22 de Diciembre termina una Era Maya y comienza otra; los arqueólogos llegan con las cuentas bien realizadas, sin detenernos ahora a dilucidar si su Constante Sincronológica este correcta o no, la fecha maya a la que se debe llegar es 4 AHAU, 3 Kank’in, como es registrado en la Estela 6 del Tortuguero, Tabasco; si se llevara a cabo el cambio de cargadores realizado en 1512, tendríamos como fecha de Haab, 2 Kankín y según las reglas matemáticas que nos muestra lo que han llamado los arqueólogos “Cuenta Corta”, Rueda de AHAU KATUNES. Según el Códice Pérez o Chilasm Balam de Maní, o UTS’ KATUNOB, en su versión en lengua maya, ciclos de 312 Haabs, divididos en 13 (24 Haabs) y que tienen su relación tanto con los ciclos de Júpiter-Venus, Marte, Manchas Solares, etc.; el tema requiere mucho análisis y estudio (recomendamos el libro de Héctor M. Calderón, “Correlación de la Rueda de Katunes la Cuenta Larga y las Fechas Cristianas”), tema del que tenemos también una propuesta lógica tras el intento de darle continuidad al movimiento matemático registrado, lo que nos hace pensar que ya le correspondería a dicha fecha otro día de corrimiento desde 1824, resultando ser la fecha 4 AHAU, 1 Kank’in, si contáramos del 1 al 20 los uinales, más para homologar los signos de Kuch K’in con la Cuenta Larga, decidimos regresarle al Haab el Cero eliminado en el Posclásico y tenemos entonces 0 Kank’in. Buscaremos que exista un acuerdo al respecto con quienes corresponda.
Ahora bien, analizando el calendario yucateco colonial moderno, tenemos que en el año 2012, Julio 16, estamos a 7 Uinales 19 K’ines del 22 de Diciembre; siguiendo el sistema de HAAB fijo y arrancando del 0 o 1 P’OOP’ el 16 de Julio, (1 IMISH en la cuenta GMT, el cargador de Haab tendría que ser este o el del día siguiente, o sea 2 IK’; lo que resulta incoherente, pues según quienes utilizan de esta manera el calendario, afirman que su cargador tiene que ser 3 KAUAK’) y el solsticio de invierno, en donde se supone que termina la cuenta maya se fecharía 4 AHAU, 19 MOL, si la fecha del Kuchk’in la tienen homologada con la correlación GMT, pero esta combinación resulta imposible en la matemática cronológica consignada por los mayas del clásico y posclásico. 2012, Julio 26, a 7 Uinales, 9 K’ines de la misma fecha y el 22 de Diciembre, tendríamos un día 9 MOL por toda eternidad, pues sería fijo y nunca llegaremos de este modo a la fecha consignada en la Estela 6 del Tortuguero. El comienzo del HAAB 3 KAUAK’, 2 P’OOP según la cuenta GMT, es el 5 de Abril del 2012 y 4 AHAU, 3 KANK’IN el 22 de Diciembre; es la lógica de la cuenta según los academicos. Según H-K’inyah tenemos esta misma combinación un mes después, el 22 de Enero del 2013. Según la cuenta que encontré tras cotejar fechas y eventos astronómicos en las Tablas de Venus y en al de los Eclipses del Códice Dresden, la fecha de apertura del nuevo OSHLAHNIK’TE (13 ciclos NIK’TE de 144000 días) es el 7 de Enero del 2013.
Analizando la cuenta que hoy en día están usando los Quiches, una de las más solícitas y por muchos considerada como cuenta maya, encontramos que fechan en el 2008, Febrero 22, el inicio de su año, 9 NOJ (K’ABAN), el 2009, con el 10 IQ (IK’), el 2010, 11 KEJ (MAAN’IK), el 2011,12 E (EB) y el 2012, 13 NOJ (K’ABAN). Para llegar al 4 AHAU en Diciembre 22, tenemos que recorrer 304 días a partir del inicio de la cuenta Quiché, en el Uinal Pop. Su fecha de HAAB será 3 o 4 PASH, dependiendo si numeran los uinales del 1 al 20 o del 0 al 19 y no es la que consigna la Cuenta Larga en las estelas, o sea el 3 KANK’IN. Al 21 de Diciembre del 2012 llegan en una fecha de Kuchk’in 4 AJPU’ (AHAU), 3 PAX, 40 días de diferencia en el HAAB, lo que podía hacernos pensar, que esta cuenta, es un rescate que se ha hecho en estos tiempos, tomando en cuenta la resultante de investigadores como Goodman, Martínez, Thompson y otros, pero sin comprender el correcto manejo del Haab y su sincronía con el Kuchk’in (BUK’ SHOK) y demás elementos de la Cuenta Larga a la manera que se hacía cuando se labraron las estelas de piedra en los grandes centros de cultura del clásico y posclásico. O quizás fue a la inversa y los investigadores decidieron homologarse a la fecha de Cholq’ij Quiche, aunque este incorrecta la correspondencia de BUK’ SHOK (cuenta de 52 Haabs en que se repite la relación con el Kuchk’in, 18 980 días). En el calendario maya, el primer día de la tabla de 365 días (Haab), recibe el nombre del signo de la rueda de 260 (Kuchk’in) y este es el que da nombre a todo el ciclo Haab; a los 260 días, en el uinal llamado Kank’in se repite el signo y numeral del cargador. En el año 2012 se completarán en dicho punto los 7200 ciclos Kuchk’in que integran los 13 Nikte o Baktunes y ahí es en donde debería terminar la cuenta, después de 13 Uinales, no en el uinal 16. En la Correlación G.M.T.2, con la que empata la cuenta Quiché, el 4 AJPU’, 3 PAX, tuvo que haber sido combinado con el número de Cuenta Larga 12.17.19.10.0, en fecha Gregoriana 9 de Febrero de 1973 o un BUK’ SHOK. o después, 52 Haabs adelante, en el 13.0.12.5.0, 4 AJPU (AHAU), 3 Pash, 27 de Enero del 2025, o sea, un poco más de 12 años de diferencia, llendo hacia el futuro o más de 39 años para el pasado; más reitero que la Cuenta Larga comenzó en un 4 AHAU, 8 Kumk’uh y tiene que concluir en un 4 AHAU (AJPU), 3 Kank’in, si se cuenta a la usanza del Clásico y sin cambiar los Cargadores, práctica que no dejaron de realizar los Mayas Its’ha. El calendario Quiche es uno de los más auténticos, tiene más coincidencias con el Tolteca y es posible que al igual que en el altiplano, no usaran la Cuenta Larga. Las veintenas Quiches, según el Adrian Recinos en el Memorial de Sololá, son las siguientes:
1.- Tecaxepual; tiempo de sembrar las primeras milpas.
2.- Nabey Tumuzuz; primeros aguaceros, vuelan unos gusanillos llamados Tumuzuz.
3.-Ru cab tumuzuz; segundo Tumuzuz.
4.- Cibixic; derivado de Cib, humo, acostumbran rozar o quemar el campo.
5.- Uchum; bueno para hacer almácigos o sembrar hortaliza.
6.- Nabey mam; Primer Viejo, decías que eran malos los 40 días de Mam.
7.- Ru cab mam; el Segundo Viejo.
8.- Liquín ka; tierra labrada y resbalosa.
9.- Nabey tokic; primer corte, la primera herida o sangria. Primera cosecha de cacao.
10.- Ru cab tokic; Segundo Tokic.
11.- Nabey pach; Primera echada o incubación, tiempo de empollar las cluecas.
12.- Ru cab pach; Segunda echada.
13.- Tziquín kih; Estación de los Pájaros.
14.- Cakán; tiempo caliente.
15.- Ibota o Botam; Estación de varios colores o de petates enrollados.
16.- Katia; quema, roza o época de sequía.
17.- Itzkal; siembra en la sierra.
18.- Payriché; En el bosque, tiempo de protegerse y cubrirse del frío.
En este momento no tengo la información acerca del nombre que le dan al ciclo de 5 días que conocemos como Uaye’eb entre los Mayas. No tienen entonces porqué tomar prestados los nombres de los Uinales Mayas, ni es obligado para ellos usar la Cuenta Larga, pues ellos tienen una cultura propia y original, su lengua y algunas fusiones toltecas y mayas, lo cual enriquece su panorama cultural e histórico; tendría que conversar del asunto con algún personaje sabio de dicha etnia.
Es conveniente que cada una de las etnias que aún están utilizando alguna cuenta calendárica bien definida, mantengan sus características propias y establezcan sus diferencias, pues me parece una premisa incorrecta la supuesta unidad entre los calendarios del altiplano, los de los pueblos que llegaron a Centroamérica al final de la Era Clásica y la Cuenta Maya; es notoria la diferencia que existen entre los significados de los 20 signos del calendario sagrado según una y otra de estas culturas, así como las que hay entre los nombres de las 18 veintenas, cada etnia tiene su particular manera de codificar el mundo que les rodea; en la variedad encontraremos mayor riqueza y no debemos de caer en la tentación de querer sobresalir colgados de la fama que la publicidad moderna se ha encargado de hacerle a los mayas.
Lo que ya es urgente es el hecho de que tenemos que sentarnos a analizar los mayas originarios, investigadores, demás seguidores y usuarios de estas ingeniosas tablas de registro cronológico, para ponernos de acuerdo cómo tendremos que seguir contando. Tenemos la evidencia, en algunas estelas de Palenque, de fechas de 12 Baktun (NIk’te) que no correspondieron a la cuenta actual, sino a la que comenzó con el 0.0.0.0.0, 4 AHAU, 8 Soots’ en el año 8239 a.C., entonces al llegar al 13.0.0.0.0, 4 AHAU, 8 Kumk’uh, en lugar de poner el 13, regresaron de nuevo al 0.0.0.0.0. Pienso que lo mismo tendremos que hacer.
Otro detalle que debemos definir consiste en que las fechas de Haab tuvieron un corrimiento durante el posclásico, debido al mecanismo que hemos detectado y que tiene que ver con el cambio de cargadores del Haab y la tarea será decidir si es aplicable para la Cuenta Larga que viene del clásico; en la Estela 6 del Tortuguero aún no integran algún cambio en el sistema, las modificaciones las encontramos alrededor del año 1000 d.C..
Tendremos que recurrir al estudio de muchos de los documentos que narran la historia de las migraciones, los tiempos, las obras, la literatura, las raíces lingüísticas relacionadas con la epigrafía para ubicarnos y rearmar la historia que se ocultó durante varios siglos y entonces reconoceremos el punto en donde habrá que reiniciar el camino de la Nueva Era que la antigua nueva Cuenta Maya tendrá que registrar, esperando que la inauguremos con acuerdos apoyados por la ciencia, la sabiduría ancestral y sobre todo con el entendimiento, amor y buena voluntad.
AHAU.
¿13 LUNAS?
¿13 LUNAS?
Seguido me hacen la pregunta de porqué no somos seguidores del Sincronario inventado por Don José Argüelles y no me queda ahora más que tratar de responder lo más breve que me sea posible y éstas son las respuestas:
Para empezar, conociendo los orígenes de esta Tabla Calendárica, tengo que darlo a conocer a todos aquellos que están comenzando en el estudio del Calendario Maya.
En muchas estelas de piedra en los antiguos templos Mayas, nos encontramos con que para abrir una narración se pone primero un glifo introductor (evidentemente zodiacal) y después, la fecha de Cuenta Larga (5 dígitos matemáticos para numerar los días), acompañada de la fecha de Tsolkín (tabla de 260 días, 13 números combinados con 20 signos), luego la del Haab (tabla de 365 días, conformados de 18 veintenas y 5 días más), después otra serie de glifos entre los que se encuentra el denominado por los arqueólogos como Glifo G, que es una cuenta de novenas que relacionan con los 9 Señores de la Noche y otras inscripciones, como las que nos marcan las fases lunares.
En el Códice de París o Peresiano, páginas 23 y 24, se encuentra una tabla con signos astronómicos mayas, que los estudiosos durante mucho tiempo han tratado de descifrar, el cual también fue motivo de estudio durante muchos años del Ing. Héctor M. Calderón, quien concluyó ésta reconstrucción de la tabla en los años 90s, el cual fue publicado por el investigador norteamericano radicado en México Hugh Harleston Jr., agregando algunas aportaciones propias. Esta tabla ahora es la que usan muchos. Después de la publicación del libro, revisando el programa de computación para cálculo de fechas mayas creado por Calderón, vimos que era necesario hacerle algunos ajustes, entre ellos estaba, 11 días de atraso que tiene el zodiaco publicado por Hugh, por lo cual nos dimos cuenta que somos culpables de que se esté usando ahora un Zodiaco Maya corrido con error. Ya corregido esto y también algunos nombres de las constelaciones, un día tuve oportunidad de comunicarle a José Argüelles acerca de estas correcciones, pero parece que ya no le convenían a él, a causa de que con el error y corriéndole un día, le embonaba perfectamente con el supuesto Año Maya (que comienza un 26 de julio gregoriano,16 juliano) instituido por un Inquisidor y perseguidor de todo aquel que supiera los secretos de los Mayas, el Fraile Diego de Landa y que es el que rige a los Argüellanos. El ajuste que tuvimos que hacer fue basado en que para completar la tabla, Don Héctor estuvo buscando un periodo al que los arqueólogos reconocieron como la Fecha Cascabel y que Las Pléyades son las que eran conocidas entre los Mayas como TSAB, el cascabel de la constelación de TSAB KAN, la serpiente, llegando a la conclusión de que ese día corresponde a cuando el Sol se alinea con este conjunto de estrellas y es el 20 de mayo.
¿CALENDARIO LUNAR?
Don José Argüelles y su gente interpretaron que esta tabla era lunar y dicen que 13 lunas son más exactas en un año que 12 y creo que esto no es cierto, puesto que cada signo del Zodiaco Maya no empieza con la luna nueva. El ciclo lunar es de 29.53 días y si multiplicas este por 13 te da 383.9, o sea 384 días. Te vienen sobrando 19 días en un año. Ahora bien, si multiplicamos el ciclo lunar por 12 nos da 354.36, o sea que nos faltan como 11 días para completar el año; o nos sobran 19 días con las 13 lunas o nos faltan 11 con las 12 lunas, ¿cuál crees más exacta?. Entonces seguro que no es un calendario lunar.
Un día, ojeando un libro llamado “LAS PROFECÍAS MAYAS”, de Adrian G. Gilbert y Maurice M. Cotterell, me encontré con un dato importante y revelador para mí, en ese momento, acerca de que el sol gira sobre su propio eje, en su ecuador, en 26 días visto desde el espacio y 28 desde la Tierra. Calderón ya había escrito acerca de los Mayas y su conocimiento de las manchas solares, por lo cual no estábamos ajenos a estos datos. Concluimos que esta tabla del Zodiaco Maya también era útil para la medición de los ciclos solares y que el número 13 es la relación entre el sol y la tierra; entonces esta es una Tabla de 13 SOLES y no de 13 lunas; en el códice viene un glifo de K'in, el Sol, arriba de cada uno de los animales zodiacales y no encontramos alguno de UH, la Luna. He aquí un error de concepción que ha sido difundido por todo el mundo, por Don José, haciendo ver a los Mayas como un pueblo primitivo, impreciso en sus mediciones astronómicas.
Si agregamos a este error de la cuenta de Argüelles el hecho de que en su forma de correr el Tsolkín repite días (28 y 29 de febrero son el mismo día de Tsolk'in, según él), cosa que no se debe de hacer, porque esta tabla es la unidad de medida de tiempo de los Mayas y es como si al metro le aumentaras centímetros cada vez que creyeras necesario y luego el hecho de que usa una constante cronológica inmedible, con la que no puedes fechar correctamente las estelas ni códices y si conocemos que los Mayas iniciaban una Era de Cuenta Larga siempre en un 4 AHAU, acompañado de una fecha de Haab, en este caso 8 KUMKU. Don José con su cuenta habla del 22 de diciembre del 2012 como final de la cuenta y en su cuenta da un día 13 LAMAT, que le llaman ellos Estrella Cósmica Amarilla, no entiendo de qué se trata, pues sabemos que esta Era de 5125 años con 134 días, o OSHLAHNIKTE (Oshlahkatun según la arqueología oficial) tiene que terminar con un 4 AHAU, combinado con un signo de Haab Kank'in. Con estas incongruencias solamente puede engañar a muchos neófitos en la materia y sólo a ellos.
Los significados que dá de la tabla del Tsolk'in están distorsionados, al igual que sus glifos. Si especifica Argüelles que su Sincronario no es el Calendario Maya, como sus seguidores lo afirman y aclara que es una propuesta nueva para un cambio de concepción del tiempo, está bien, mas yo creo que este cambio no reflejaría la continuidad histórica y astronómica del tiempo que quedó con la herencia Maya.
Hoy estamos viendo que en la humanidad existe mucha gente deseando encontrarse con los cambios necesarios para el inicio de una Nueva Era diferente, con paz verdadera. El movimiento que ha iniciado mi tan criticado amigo José Argüelles, ha tenido un gran éxito por su propuesta ecologista y espiritual, pero la realidad supera a la ficción creada por él, pues al entender la maquinaria cronológica maya, nos damos cuenta de su gran utilidad astronómica, agrícola y de desarrollo humano, válida para cualquier época.
Es necesario crear un movimiento paralelo al de las 13 lunas, diferente, basándonos en lo más puro y verdadero de la sabiduría ancestral y en este caso la de los tan admirados Mayas. Propongo el crear e integrarnos con el MOVIMIENTO DE LOS 13 SOLES, que conjunte a todas aquellas tribus de los buscadores de la verdad y los organice para trabajar como ya lo han venido haciendo los seguidores del Dremspell de Argüelles, quienes pueden ser un ejemplo por su organización y entusiasmo. Convocamos a la creación de este movimiento que seguro puede dar grandes luces al mundo, pues estamos seguros de que en él se aglutinarán gran cantidad de hermanos que saben que tienen una gran misión en estos tiempos tan difíciles por los que está pasando nuestro planeta.
Los signos mayas y sus significados según Argüelles, Quichés y meshikas:
Coatlicue
Coatlicue
La sagrada religión de los aztecas veneró siempre a la Diosa Tonantzin - Coatlicue como la madre divina, la madre de todos los dioses, de los hombres y de toda la creación, su nombre traduce: “La de la falda de serpientes”
Diosa madre de la Tierra, diosa de la muerte, había una representación de esta deidad, es Tonantzin y Teteoinan que traduce “nuestra venerada madre” y madre de los dioses.
Coatlicue fue representada como una mujer con su falda de serpientes que significa sus múltiples poderes de crear en toda la naturaleza, en sus pies las garras afiladas que simboliza que tiene el poder sobre la tierra, las garras para arar la tierra para sembrar los alimentos para sus hijos (la humanidad entera)

Afirmaban los sabios sacerdotes aztecas que su esposo era Mixcóatl “la serpiente de las nubes” y entre sus hijos predilectos están Quetzalcóatl y Huitzilopochtli.

Quetzatlcoatl
Se comenta que su templo principal estaba en el Tepeyac, los conquistadores españoles con el objetivo de borrar todo vestigio de las religiones autóctonas destruyeron los templos de los dioses de Anáhuac, entre ellos el templo sagrado de nuestra señora Tonantzin.
En 1531, el pueblo azteca ya no soportaba las cadenas de la opresión ejercida por los españoles, y estaban a punto de rebelarse al dominio europeo, esto iba a ser una verdadera matanza, pues los españoles estaban mejor armados, y su arsenal bélico era superior. Tonantzin “La Diosa virgen morena” se apiadó de sus hijos queridos y apareció ante Juan Diego, quien pudo percibir su sagrada presencia, pues poseía el don de la clarividencia, y se efectuó el milagro del Tepeyac por todos conocido.
Tonantzin pide a Fray Zumárraga por intercesión de Juan Diego que fuera reconstruido su templo en el mismo lugar donde antes estaba, ahora sería venerada con un nombre respetado por los Europeos y desde ese momento se venera en su templo en el Tepeyac, y vela por por sus hijos, a pesar del tiempo, del idioma y las nuevas costumbres religiosas. También fue venerada por sus hijos los aztecas y todas las tribus de México, así salvó la vida de sus hijos de América y de Europa.
“Ome: Dos, tecutli: Señor. Homecihuatl: Ome Dos Cihuatl: Señora. De este mismo principio dual, masculino y femenino, emanó todo el universo. Este Dios y Diosa tuvo cuatro hijos, los cuatro tezcatlipocas: Xipe totec el colorado, Tezcatlipoca el negro, Quetzalcóatl el blanco, Huitzilopochtli el azul. De este binario divino e invisible, nacieron los cuatro colores de las cuatro razas que actualmente pueblan el mundo.
Ometecutli tiene la presencia del Cristo Cósmico, los nahuas lo representaban con túnicas bellamente adornadas y falo de pedernal, símbolo de luz. Omecihuatl, toda la presencia de la virgen cósmica, los nahuas la representaban con manto azul de extraordinaria belleza y falta de ocultación. El es Huehueteotl "El Dios Viejo padre de los Dioses y de los hombres, ella es Tonantzin, nuestra querida madrecita".
En el museo de Antropología e Historia de la ciudad de México DF. Existe un monolito de impresionante tetra significado: En lo alto de éste, por entre el anillo de su cuerpo enroscado, asoma una preciosa y grande serpiente de doble cara, la cual ve hacia delante y hacia atrás, como el Jano de la religión Greco- Romana. Redondos y penetrantes ojos, fauces entreabiertas de las cuales, debajo de los cuatro incisivos superiores, curvos y afilados con las puntas hacia fuera, cuelgan grandes y bífidas lenguas.
En su pecho cuelgan los flácidos senos, un collar de cuero, adornado con los corazones de en medio, de cuatro manos que se abren hacia fuera, remata en un cráneo a la altura del ombligo de la Deidad y sube hacia sus hombros. Sus brazos pegados contra el cuerpo con los antebrazos flexionados, cuyas manos terminan en cabezas de preciosas serpientes
De fauces entreabiertas e incisivos superiores como garras, debajo de los cuales cuelgan rectángulos lisos y geométricamente cúbicos, en una línea vertical en el centro de cada una de sus caras, símbolo de la perfección de las obras en sus manos. En sus hombros y codos, garras de tigres y ojos de águilas.
Su corta falda de serpientes entrelazadas con las cabezas hacia abajo y que se ajusta en su talle, por medio de ancho cinturón de preciosas serpientes que, al anudarse debajo del cráneo de órbitas llenas y mirada desafiante, cuelgan sus cabezas hacia el frente como los extremos de corbata sin anudarse, y simboliza que todo lo que existe en el universo es producto del fuego sexual.
El cráneo en el ombligo de la Deidad, no es el remate de su collar, ni el broche del cinturón de su falda, sino Coatlicue, la devoradora de hombres, la Diosa de la Tierra y de la Muerte, cuyo cuerpo se proyecta al frente, entre los muslos del bajo vientre a los pies de la Deidad.
Muchos corazones y dos colgajos de plumas de quetzal adornan los lados de la enagua que baja hasta sus tobillos y remata en ancho fleco de plumas entrelazadas, adornado con chapetones, del cual cuelgan 16 largos cascabeles.
Sinuosa y gruesa serpiente asoma las fauces de incisivos superiores como garras entre las cuatro garras de cada uno de los pies de la Deidad, y sobre cada uno de sus pies, en bajos relieves, dos ojos de águila que tratan de ver hacia el infinito.
Y en la parte baja, en el plano de apoyo de la escultura, en bajos relieves, Mictlantecuhtli con brazos y piernas abiertos en cruz de San Andrés. Del trasero, entre los muslos, del bajo vientre sale hacia abajo el fuego creador universal y en su ombligo se abre la boca del abismo.
En sus hombros, el collar tiene dos corazones en medio de cuatro manos que se abren suplicantes hacia lo alto, y en medio de las manos, sobre la columna vertebral, sus puntas rematan en nudo marinero, adornadas con cuatro chapetones. El cráneo que por la espalda pero a la altura del omóplato parece abrochar el cinturón de su falda de serpientes, simboliza a Tonantzin, madre de los Dioses, oculta en la parte posterior de la falda de Coatlicue, olvidada por los hombres de esta generación. Su figura sobresale en la parte posterior de la falda de la Deidad: Viste túnica acordonada que baja hasta sus pies, que remata en una sola y enorme garra, y termina en siete bolas alargadas, emblema de perfección de sacrificio; y de su collar; donde la tiroides, cuelgan dos grandes lenguas de pedernal; sobre la túnica, pectoral acordonado que remata en seis borlas, emblema de creación; y al frente, debajo deis?pectoral, a la altura del bajo vientre, un colgajo de finísimas saetas, del? cual cuelgan dos grandes lenguas de pedernal que, en conjunto, simbolizan el fuego universal de la creación.
De la preciosa serpiente que remata el conjunto del monolito "emana un sentimiento de maternidad" y su cabeza de doble cara, es el emblema de la pareja divina. La parte posterior de los hombros a los pies, simbolizan a Tonantzin, la madre de los dioses; y su pecho de flácidos senos, adornado con collar de manos y corazones, simbolizan a COATLICUE, la sombra de Tonantzin”
Tonantzin es el aspecto positivo de la madre celeste, es la naturaleza que como una madre bondadosa da a sus hijos, los animales, los humanos y los vegetales el alimento que necesitan para existir, la naturaleza es pródiga, si comemos una naranja y sembramos en tierra sus semillas y les damos el agua, la necesaria, podemos crear un bosque de naranjas, la naturaleza nos da lo que necesitamos para existir, pero nosotros los seres humanos, hacemos mal uso de los recursos de la madre natura y creamos un infierno donde ella originalmente creó un paraíso.
Coatlicue es la sombra de Tonantzin, la sagrada madre muerte, la que quita a los seres humanos su cuerpo material, librándoles de los sufrimientos de la enfermedad, cada ser que nace, tiene una cita con la sagrada madre Muerte en el tiempo por ella concertado; ella y sus ministros conducen al alma del difunto ante los Dioses del Mictlán, para pasar por el gran juicio por los actos de su vida.
TEZCATLIPOCA
TEZCATLIPOCA
Es el Dios del Destino y la Noche. Su Nombre en Náhuatl significa, "Espejo Humeante", y era uno de los Dioses mas Temidos por los Aztecas por que se le relacionaba con las Fuerzas del Mal y la Destrucción. Era Hechicero, Adivino y Experto en Magia Negra. Se lo Representaba con un Tizne con Reflejos Metálicos, un Espejo que Humea, Vestido con un atuendo de Jaguar y una Lanza de Obsidiana. Es Conocido Igualmente como el "Tezcatlipoca Negro", Hijo de Ometecuhtli y Omecihuatl.
A diferencia de Quetzalcóatl, Era un Dios Violento y Adoraba la Guerra. Expulsó a Quetzalcóatl de Tula con un Brebaje para apoderarse del Reino. Ademas Instituyó la Practica de los Sacrificios Humanos. Su Representación mas Conocida es el "Coyote Emplumado". Los Hombres le Temian, Porque Juzgaba sus Acciones, Sus Pensamientos y Emociones, Y Podia Perdonarlos, Premiarlos o Castigarlos.
Según Juzgaba la Conducta del Ser Humano y le Podia Ascender o Descender en la Escala Social y Darle o Quitarle Riquezas. Cuando Aparecia en su Papel de Juez, Se aparecia con los Ojos Tapados, Tambien era el Protector de los Esclavos y Dominó al Mundo en el "Primer Sol".
Códices de Tezcatlipoca
Es el Dios del Destino y la Noche. Su Nombre en Náhuatl significa, "Espejo Humeante", y era uno de los Dioses mas Temidos por los Aztecas por que se le relacionaba con las Fuerzas del Mal y la Destrucción. Era Hechicero, Adivino y Experto en Magia Negra. Se lo Representaba con un Tizne con Reflejos Metálicos, un Espejo que Humea, Vestido con un atuendo de Jaguar y una Lanza de Obsidiana. Es Conocido Igualmente como el "Tezcatlipoca Negro", Hijo de Ometecuhtli y Omecihuatl.
A diferencia de Quetzalcóatl, Era un Dios Violento y Adoraba la Guerra. Expulsó a Quetzalcóatl de Tula con un Brebaje para apoderarse del Reino. Ademas Instituyó la Practica de los Sacrificios Humanos. Su Representación mas Conocida es el "Coyote Emplumado". Los Hombres le Temian, Porque Juzgaba sus Acciones, Sus Pensamientos y Emociones, Y Podia Perdonarlos, Premiarlos o Castigarlos.
Según Juzgaba la Conducta del Ser Humano y le Podia Ascender o Descender en la Escala Social y Darle o Quitarle Riquezas. Cuando Aparecia en su Papel de Juez, Se aparecia con los Ojos Tapados, Tambien era el Protector de los Esclavos y Dominó al Mundo en el "Primer Sol".
Códices de Tezcatlipoca



Huitzilopochtli
En náhuatl, “colibrí zurdo” o "colibrí del sur”. Es guía principal de los mexicas o desde el inicio de su peregrinación hasta su establecimiento en Tenochtitlan.
Tiene dos aspectos: como “Colibrí del Sur” es uno de los guerreros muertos en el campo de batalla que, transformado en colibriés, van al paraíso del Sol en el oriente y así liba la miel -la sangre- de las flores preciosas que son corazones humanos obtenidos en la Guerra Florida; y el de autosacrificio procedente de la lengua y las orejas punzonadas con espinas de maguey. La palabraopochtli, en el final de su nombre, se usaba para referirse al alter ego, al “otro yo”, que en la mitología mexica era lo que llamaban el nahual.
El otro aspecto de esta deidad es la del Guerrero Celeste, representada por el águila en el jeroglífico de México-Tenochtitlán y en el escudo nacional, es hijo de la Luna (Coatlicue) y el Sol joven hijo del Sol viejo que al nacer en el Oriente mata a las 400 estrellas con sus 400 flechas para que triunfe el nuevo día.
La historia de su nacimiento es curiosa: Coatlicue, su madre, barriendo se encontró una pelotilla de plumas que puso en su seno, resultando quedar embarazada. Indignada Coyolxauqui (también hija de Coatlicue y también diosa de la Luna) logró convencer a sus hermanos de que había que matar a su madre, pero dentro de su vientre, Huitzilopochtli le hablaba a su madre para que no temiera porque él, su hijo, la defendería.
Con Coyolxauqui al frente los 400 hermanos avanzaron contra su madre pero en el momento en que llegaron nació el dios completamente armado: con una vara y un dardo color azul, su rostro pintado, una pluma pegada en la cabeza y una culebra hecha de teas con la que hirió a Coatlicue dejándola sin cabeza y con la que, finalmente después, venció a todos sus hermanos.
Fray Bernardino de Sahagún considera que el nombre de la deidad era nigromántico y que por eso los mexicas lo deificaron y le ofrecieron sacrificios humanos.
El culto al dios se llevaba a cabo en el templo mayor, que era una construcción gemela donde también se adoraba a Tláloc, dios de la Lluvia.
Los mexicanos tenían grann devoción por él y celebraban grandes fiestas en su honor en los meses Tlaxochimaco y Panquetzalixtli.
Quetzalcoatl y el Mito de la Creación
Ometecuhtli y Omecihuatl, el Señor y la Señora de la Dualidad en la religión azteca, tuvieron cuatro hijos. Cuatro encarnaciones del Sol.
A ellos les encomendaron la tarea de crear el mundo, de dar vida a los otros dioses y finalmente a la raza humana que los adoraría.
Cada hermano representaba un orden, un tiempo, un espacio, un punto cardinal y un color. El rojo se llamó Xipe Totec. El negro, Tezcatlipoca. El azul, Huitzilopochtli. Y el blanco, Quetzalcóatl.
Quetzalcóatl, a quien los hombres también llamaron “gemelo precioso”, fue el dios civilizador y de los sortilegios. Inventor de las artes, de la orfebrería y del tejido era, por su enorme sabiduría, de piel y barba blancas. También fue llamado “Señor de todo lo que es doble”. A diferencia de su hermano azul, Huitzilopochtli, que era un dios guerrero y reclamaba continuamente derramamientos de sangre, o del negro Tezcatlipoca, que era amo y señor de la noche, Quetzalcóatl no deseaba sacrificios humanos en su honor. Su reino era el claro atardecer.
Cuando los hermanos comenzaron su tarea, cuatro mundos, cuatro soles y cuatro humanidades fueron sucesivamente creadas y destruidas.
La primera humanidad fue devorada por tigres. La segunda, convertida en monos. La tercera, transformada en pájaros. La cuarta, convertida en peces.
Quetzalcóatl, acompañado de una de sus encarnaciones gemelas llamada Xolotl, descendió a los infiernos, de donde alcanzó a robar una astilla de hueso de una de las humanidades anteriores para crear la nuestra, rociándola con su propia sangre. El Señor de la Morada de los Muertos no pudo detenerlo, ni aun arrojando a su paso bandadas de codornices. Los demonios nunca dejaron de intentar engañarlo para que ordenara sacrificios humanos y justificara las “guerras floridas” que reclamaba su hermano Huitzilopochtli. Pero el amor de Quetzalcóatl por los hombres no le permitió sacrificar en su nombre más que animales, culebras, pavos o mariposas, todos ellos consagrados al Sol.
En su encarnación como Nanahuatzin, un dios tan pobre que sólo podía ofrendarse a sí mismo, se arrojó sin dudar al fuego sagrado. Por ello fue designado para alumbrar el día, mientras que su competidor, generoso en ofrendas pero temeroso de las llamas, sólo alcanzó el rango de Luna. Por su cobardía, otro dios le tiró a la cara un conejo. Quien quiera verlo, sólo tiene que esperar que salga la Luna y contemplar su rostro, marcado para siempre
A ellos les encomendaron la tarea de crear el mundo, de dar vida a los otros dioses y finalmente a la raza humana que los adoraría.
Cada hermano representaba un orden, un tiempo, un espacio, un punto cardinal y un color. El rojo se llamó Xipe Totec. El negro, Tezcatlipoca. El azul, Huitzilopochtli. Y el blanco, Quetzalcóatl.
Quetzalcóatl, a quien los hombres también llamaron “gemelo precioso”, fue el dios civilizador y de los sortilegios. Inventor de las artes, de la orfebrería y del tejido era, por su enorme sabiduría, de piel y barba blancas. También fue llamado “Señor de todo lo que es doble”. A diferencia de su hermano azul, Huitzilopochtli, que era un dios guerrero y reclamaba continuamente derramamientos de sangre, o del negro Tezcatlipoca, que era amo y señor de la noche, Quetzalcóatl no deseaba sacrificios humanos en su honor. Su reino era el claro atardecer.
Cuando los hermanos comenzaron su tarea, cuatro mundos, cuatro soles y cuatro humanidades fueron sucesivamente creadas y destruidas.
La primera humanidad fue devorada por tigres. La segunda, convertida en monos. La tercera, transformada en pájaros. La cuarta, convertida en peces.
Quetzalcóatl, acompañado de una de sus encarnaciones gemelas llamada Xolotl, descendió a los infiernos, de donde alcanzó a robar una astilla de hueso de una de las humanidades anteriores para crear la nuestra, rociándola con su propia sangre. El Señor de la Morada de los Muertos no pudo detenerlo, ni aun arrojando a su paso bandadas de codornices. Los demonios nunca dejaron de intentar engañarlo para que ordenara sacrificios humanos y justificara las “guerras floridas” que reclamaba su hermano Huitzilopochtli. Pero el amor de Quetzalcóatl por los hombres no le permitió sacrificar en su nombre más que animales, culebras, pavos o mariposas, todos ellos consagrados al Sol.
En su encarnación como Nanahuatzin, un dios tan pobre que sólo podía ofrendarse a sí mismo, se arrojó sin dudar al fuego sagrado. Por ello fue designado para alumbrar el día, mientras que su competidor, generoso en ofrendas pero temeroso de las llamas, sólo alcanzó el rango de Luna. Por su cobardía, otro dios le tiró a la cara un conejo. Quien quiera verlo, sólo tiene que esperar que salga la Luna y contemplar su rostro, marcado para siempre
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